Porque tuvimos que echarnos la cruz de hollín en la mano, dibujar ciento de veces el rostro de alguien,
seguirlo con el índice hasta acabarlo matando
y sin nisiquiera pedirle permiso
quizás darle sexo un poquito sucio/ porque no era la intención derrochar la muerte sino que prolongar
la envergadura tibia
lastimera y catastrófica del dato de defunción
al barro hacerlo sangre como si fuera semen
al semen hacerlo arnés entre la cadena
y el muslo contra el pavimento
sobre el período de oscura imagen y sílaba
lacerante debe ser la mordida y el veneno
trombosis debe causarle hasta echarlo adentro
una bolsa, muchas bolsas, cualquiera
puede caber
y si quieren aire, un tajito debe existir para que mires
como el hondo parejo de las piedras
son es tan igual al anonimato.
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