Somos
los soldados romanos del Armagedón
Morimos
atados del pescuezo con Jesucristo
Nuestro
señor vendedor de seguros de vida
Nos
aseguró vino y camas seguras en el cielo
El
arrepentimiento es una miel dura
Pero
una llave hacia el paraíso
Hay
leche de de sal y luz en los lagos del campo
Más
las vacas huyen del pasto
Y
el gallo celestial canta cuatro veces
Una
por el Padre, Hijo, Espíritu Santo y la Madre
Ellos
están siempre felices
Juegan
naipes antes de dormir
No
hay hambre ni cesantía
Más
Moisés, Ministro de Economía
Del
Reino Prometido
Del
medioevo hasta los días de hoy
Reparte
los sueldos de casa en casa
En
su caballo de piedra lunar
Somos
los soldados romanos
Senadores
vitalicios de la inquisición
El
sol nos pertenece más que a los españoles
Nuestras
acciones en esta nación unipartidista
Nos
hace ganar la confianza de los difuntos
Más
yo tengo una estatua a un costado de Romeo
Y
Ronald Reagan
El
poder que no tuvimos en tierra lo ejercemos acá
Nunca
pensé mandar a quemar ciudadanos ilegales
Venidos
del mismísimo infierno
O
de un cóctel de marihuana con coca cola
Son
realmente sinvergüenzas
Mueren
acribillados de risa y pecado
Y
no se arrepienten
Somos
los soldados del Cielo S.A.
El
libre mercado nos hace vírgenes y castos
Los
hombres a un lado
Las
mujeres al otro
Y
se acabó la cuestión.
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