martes, 29 de diciembre de 2009
deseos de la paz mundial
como un vómito a trasluz
los cordones urbanos reúnen
a sus mejores hombres en las tareas excelentes,
las tareas repetitivas, para los gañanes;
y así hasta encontrarnos con el mapa
que todo lo soporta,
la ciudad es un vómito ilimitado
no sabes que pasa adentro hasta que un día
estás con una pistola en la boca
y alguien dice ser el Angel de Dios hecho Hombre
qué bella forma de mentir, mi Señor,
antes de irse te deja una bisutería de hippie
y los pasos de suicida se hacen de cocodrilo
bajo un gran charco de bestias
deseos de la paz mundial
deseos de la unión de territorios
deseos de desvirgar la cordillera
deseos de que Dios un día seque el vómito
y diga “Guau! Esta mancha no la veía
desde 1492”
y adentro, tú, largo sollozo de unidad de trabajo
lamentas el no pago.
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