tiritan las piernas
como el primer día de soldado
todo un primer
momento sobre bidones
y tambores
, pidiendo
que disparen frente a mí
que alguien pronuncie mi país
de forma molesta, eso deseaba
pero mi casco se mantuvo intacto
hasta el último día, cuando
mi fusil pasó a manos de un soquete
el último de ese pelotón
los que desearon no tener nada,
los que murieron por nada
los que me miraron a la cara
suspiraron arena, sangre, pantano.
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