Ni el
jardín amarillo del sol
Ni la risa
maltrecha
Ni los
boletos cortados de mis viajes
Hacia tu
cuerpo
Ya no hay
nada que regalarte
Sino una
pitada del cielo
con los deditos
juntos,
escarbar
quizás qué
pliegue
cervical
En qué calle desaparecer nuevamente
Contigo
(Una tarde
entera).
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