domingo, 26 de junio de 2011

Bering




Que entre gas por mis pulmones temo
Como también que una jauría de icebergs me viole
Y tenga que volver al océano y zambullir la costa de mi nuca
No hay sur ni norte sólo pitido constante de buques en mi espalda
Podredumbre del metal en la franja de mi cráneo
Recoger la galaxia de un muerto con la quijada
abrir las piernas ante la incisión de un colmillo
Exhalando el coral de mis nonatos en la matriz
En el calcinamiento del agua que siempre ahuyenta la belleza
vuelve a postrar la garganta
Hacia un óvulo que arremete en los dedos
Y deshace la muerte ante un ligero salto
Hay un cuchillo que rebana el escroto
Y la llaga succiona la palidez del Hombre
Cae el iglú Que arrulla en la corteza
Una enredadera del cielo
sobarme la lengua cuando machaco
El ártico con mis botas
Ahora mastico el pez que salta entre mis manos
Pegado a la costra de mi leche
pendiendo en las axilas de mi abuelo
Oliendo al sarro de la década en donde el mugido
De las focas nos llevó a desterrar el miedo
De un solo tiro, y así pasa el tiempo
Pude adorar el sumergimiento del dolor
Partiendo la cabeza del oso que devora la luz
Y vomita los sesos por la herida
cuelga su ojo en el ahumado cielo que remolca
La carne entre las branquias del disparo.